REFRASARIOS: Federico García Lorca

«Yo soy español integral y me sería imposible vivir fuera de mis límites geográficos; pero odio al que es español por ser español nada más. Yo soy hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea nacionalista, abstracta, por el solo hecho de que ama a su patria con una venda en los ojos. El chino bueno está más cerca de mí que el español malo. Canto a España y la siento hasta la médula, pero antes que esto soy hombre del mundo y hermano de todos. Desde luego no creo en la frontera política».

Federico García Lorca, escritor y español, amén de víctima de las fronteras políticas y sociales.

Vía Marco Moral.

NANOLECTURAS: «Romance» (inédito de Federico García Lorca, 1935)

En el único papel que llevaba encima —un recibo del pago del mes de mayo de 1935 por valor de 10 pesetas de la Academia Orad, situada en el número 3 de la madrileña Carrera de San Jerónimo, donde estudiaba Juan Ramírez de Lucas—, cuando ambos viajaban hacia Córdoba, dedica Federico García Lorca a su amor —el propio Ramírez de Lucas: ¿acaso el último?— las palabras de más abajo:

Aquel rubio de Albacete
vino, madre, y me miró.
¡No lo puedo mirar yo!
Aquel rubio de los trigos
hijo de la verde aurora,
alto, sólo y sin amigos
pisó mi calle a deshora.
La noche se tiñe y dora
de un delicado fulgor
¡No lo puedo mirar yo!
Aquel lindo de cintura
sentí galán sin…
sembró por mi noche obscura
su amarillo jazminero
tanto me quiere y le quiero
que mis ojos se llevó.
¡No lo puedo mirar yo!
Aquel joven de la Mancha
vino, madre, y me miró.
¡No lo puedo mirar yo!

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