— ¿Y ese cartelito que has colgado en la entrada del bar?
RECOMENDACIONES:
a) No afrontar este tipo de situaciones en solitario, manteniendo la visibilidad y
comunicación con todos los compañeros, a fin de evitar quedarse a solas en
zonas cerradas en compañía de personas violentas (Por ejemplo, despacho del
director, sala de juntas,…)
b) Ayudar al compañero requiere un compromiso de todos.
c) Extremar la amabilidad y la cortesía en el trato.
d) Evitar el enfrentamiento directo, no respondiendo a las provocaciones.
e) Explicar de manera razonada los motivos por los cuales no es posible cumplir
las demandas violentas o comportamientos coactivos del cliente o tercero.
f) En caso de reclamaciones procedentes de clientes, se recogerán las identidades
de los reclamantes, así como de las posibles personas que hayan presenciado
los hechos.
— Pues ya ves. Uno, que ha de actualizarse. Y como están las cosas, ya se sabe: más vale prevenir…
— …Que curar. Pues no está nada mal. Si es que cuando te pones… A todo esto, ponme un cafelito, ¿no? Como tú solo sabes…
— Ay, qué mariquita te me pone a veces.
— Bueno, una plaza para cuatro. ¿Cómo lo ves?
— ¡Y no me has avisado! Mira que te dije que cuando hubiera vacantes en tu empresa que me avisaras, que tengo al chiquillo en plan nini: que ni por activa ni por pasiva me encuentra trabajo.
— Que no, chalado. Que estoy hablando de la Liga. Vacantes en mi empresa. ¡Vacantes en una -cualquier- empresa! Meses hace que no dirijo un proceso de selección. Y ahora, ironías de la vida, seguramente sean los de arriba los que estén jugando conmigo al «Bueno, una plaza para cuatro. ¿Cómo lo ve(i)s?» Pero, en fin, que hablaba del fútbol. ¿Quién crees tú que se salvará de los cuatro?
— Mira… iba a decir una burrada. Que está la cosa ni pa’ intentarlo siquiera. Trabajar, digo. No, si al final el tal Risto este tiene razón y todo. Pero sí, mira, hablemos de fútbol. La verdad es que ni me va ni me viene. Conque el Tito supere el récord del portugués me basto y me valgo. (Ay, si a mí me ofrecieran un millón de euros por llegar a cien puntos en el Tute). Pero bueno, ya que te empeñas: el Mallorca de Manzano.
— Pues ya sabes: agarra…
— (…)
— Venga, hombre, que es broma. Ya en serio, mucho tendrá que rezar.
— Pues bien que le vendrá, ahora que lo van a convalidar.
— A vueltas con lo mismo. ¿A que no has oído al Wert esta mañana?
— ¿Tú oyendo la SER? Rayita en la pared.
— (…)
— «Venga, hombre, que es broma. Ya en serio, mucho tendrán que rezar»… los alumnos, digo.
— Ya en serio, sí. Mucho se está hablando, y poco de la verdad. Más informarse y menos ideologizar, que ni todo el monte es orégano ni todo lo que reluce es oro.
— En serio ya, sí: que rezar no es síntoma de verdad. Demagogias a otro, que si «Educación para la ciudadanía» adoctrinamiento era, dime tú, hombre de fe, ¿qué es si no adoctrinamiento la imposición de una fe?
— Mucha cera y poca tela en esas orejas. Nadie está obligado al «Padrenuestro que estás en los cielos», amigo. Religión es op-cio-nal, Contreras.
— ¡Que no quiero sermoneadores en mi escuela, a ver si te enteras!
— ¿Exclusiva o preferentemente? A ver, cantamañanas, que esto pa’ mucho da, y en mi trabajo ni pa’ un café me dan. Cóbrame, anda, que nos estamos repitiendo.
— Amén.
—
NOTA: La de arriba solo pretende -si pretender es el verbo adecuado- ser una visión cómico-irónica (acaso cuasi maniquea las más de las veces) de la actualidad diaria que nos rodea desde el prisma de dos tipos -¿acaso importan los nombres?-, sí, en exceso arquetípicos: uno de tantos parroquianos del “típico bar de barrio” y el dueño del mismo -uno de tantos de típicos bares de barrio-. Lunes, martes miércoles y jueves serán los días de publicación.
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