El sueño de Peter

Aproximadamente a las 22:19 del 19 de octubre de 2009 comencé a escribir unas palabras que, a la postre, iría a titular Sobre Desconocidos y Desconocidas. No muchos meses después de aquellas primeras palabras tuve la oportunidad de encontrarme con mis primeros (y primeras) Desconocidos y Desconocidas. Se trataba de un grupo de treinta chicos y chicas de (¡ojo!) 1º de ESO del IES Isbilya de Sevilla. El motivo: las prácticas del Máster en Formación del Profesorado de Secundaria y Bachillerato. Fueron pocas las clases que tuve la oportunidad de impartir con ellos y ellas, las suficientes como para percatarme (y no tener lugar a dudas a partir de entonces) de que aquello era lo que quería hacer el resto de mi vida: estar rodeado de Desconocidos y Desconocidas. Aún recuerdo las caras de todos y todas de cada uno y cada una de ellos y ellas. Siento ser tan repelente con eso de la individualización de aquel mi alumnado durante varias semanas, pero es que no se me ocurre otra manera de referirme a aquellos y aquellas, al final de mis prácticas, ya Conocidos y Conocidas. Mi último día con ellos y ellas es el motivo de este post. A modo de corolario, les propuse que escribieran algo en conjunto (el tema que habíamos estado dando aquellas semanas era la narración). Las reglas eran sencillas: no había reglas, si a reglas se le puede llamar pasarles un hoja de papel y que ellos y ellas comenzaran a escribir una historia. Uno o una tenía que comenzar (resultó ser una). Cuando esta quisiera dejar de escribir, le pasaría el papel a otro u otra, y así sucesivamente. Yo podía forzar también la situación con una simple palmada, lo que provocaba que quien estuviera escribiendo tuviera que pasar el papel rápidamente. Fueron tan solo veinte minutos a lo sumo (menos aún me atrevería a decir). Cuando ya apenas quedaban un par de minutos para despedirnos, le dije al chico que estaba escribiendo en ese momento que tenía que cerrar la historia de alguna manera, como fuera, como él quisiera. Tras poner este el punto y final, leí en voz alta el resultado, y la emoción inundó la clase: todos y todas estaban sorprendidos por el resultado… ¡habían escrito una historia, ellos y ellas mismas con sus palabras e ideas! Finalmente aplaudieron, en parte por mi despedida, en parte por lo que acababan de conseguir. Quizás no lo sepan, pero ellos y ellas me enseñaron más a mí que yo a ellos y ellas.

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El sueño de Peter

Yo nací en un país muy lejano al lado de América, donde vivía un niño llamado Peter, tenia un perro muy bonito pero no tenía amigos, y se sentia solo, a pesar de eso era feliz porque su familia le apollaba y admiraba porque era un buen hijo y compañero. Un día se encontro con su amigo Patricio y se fueron los dos juntos a la playa y al parque. Despues de la playa se fuerón al cine 3D de Madrid a ver la pelicula de Alicia en el pais de las maravillas. Al cabo de un año estos dos amigos participaron en un concurso de renfe y lo ganaron. El día 4 de marzo de 2010 se fueron a Madrid al parque de atracciones y a Faunia. Allí les dieron una PSP GO. El día 20 de marzo, partieron a Sevilla, una ciudad que ellos aún no conocían. Después de conocerla se dieron cuenta de que Sevilla realmente era una ciudad maravillosa. Pero un día paseando se calleron en un abujero y descubrieron una nave extraterrestre con un tesoro pirata. Pero el tesoro pirata contenía una bomba, y les explotó. Al cabo de dos días salieron del hospital. Al salir, se dieron cuenta que no se acordaban de nada. Tenían amnesia.

Nota: el cambio a cursiva se refiere siempre al cambio de uno o una a otro u otra.

El sueño de Peter (Parte I)

El sueño de Peter (Parte II)

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